El pesto siciliano es un condimento sabroso perfecto para colorear y aromatizar muchos primeros platos: siempre excelente, pero aún más en verano, cuando los tomates y la albahaca están maduros y fragantes.
Una receta tradicional que cada uno prepara con pequeñas variaciones, utilizando los productos que tiene a su disposición y según sus propios gustos: por ejemplo, similares y muy apreciados son el pesto de tomate seco o la variante de Trapani.
A diferencia del clásico pesto genovés, además de albahaca y piñones, en este caso se añaden tomates cobrizos y ricotta de leche de vaca: licuando todo frío se obtiene una consistencia cremosa, perfecta para condimentar todo tipo de pasta.
¡Lee todos nuestros consejos y prepáralo con nosotros!
Categoría: Salsas y condimentos
Primero lava bien los tomates, córtalos por la mitad o en cuartos y retira la parte central con las semillas y el líquido.
Pelar y picar medio diente de ajo.
También lavamos delicadamente la albahaca y la secamos con un paño limpio sin arrugar demasiado las hojas.
Coloca en un recipiente alto los tomates, el ajo, la albahaca y los piñones y parte del aceite.
Con una batidora de mano comenzamos a picar estos ingredientes, luego añadimos el parmesano rallado.
Volvemos a triturar, removiendo varias veces y echando poco a poco el aceite: de esta forma podremos evaluar la consistencia más o menos cremosa que queremos obtener.
Finalmente agregamos la ricota, sal y pimienta al gusto, luego mezclamos bien para combinar.
¡Nuestro pesto siciliano está listo para usarse!
Una variante muy común consiste en sustituir los piñones por almendras peladas.
Si no te gusta puedes evitar añadir el ajo.
En lugar de parmesano podemos utilizar caciocavallo rallado.
Podemos conservar el pesto cerrado en un tarro en el frigorífico durante 2-3 días
Excelente para condimentar pastas o preparar aperitivos untándolos sobre rebanadas de pan o picatostes.
¿Tienes dudas o preguntas?
Inicia sesión para comentar