Churros

Si hay un alimento, además de la paella, que une a toda España de norte a sur, ¡son los churros!

Tradicionalmente servidos para el desayuno (o como merienda) junto con un chocolate caliente espeso para mojarlos, los churros españoles son un postre frito preparado con solo 2 ingredientes: agua y harina.

También famosos en América Latina, donde, sin embargo, adquieren connotaciones ligeramente diferentes, especialmente para el acompañamiento, ¡los churros siempre hacen las delicias de todos los niños!

La masa en sí no es dulce, es neutra como la pasta choux, de la que sin embargo se diferencia porque no incluye la adición de huevos.
La preparación de este manjar no es difícil, pero requiere atención en el momento de la formación y posterior fritura: en nuestros consejos debajo de la receta lo explicamos todo en detalle. ¡No te los pierdas y arremángate!

Categoría: Postres

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Tiempo 50 min
Dificultad Media
Porciones 4
Costo Bajo
320 gr. de agua 320 gr. de agua
c/n sal c/n sal
185 gr. de harina 00 tamizada 185 gr. de harina 00 tamizada
c/n aceite de oliva para freír c/n aceite de oliva para freír
c/n azúcar granulada para servir c/n azúcar granulada para servir

Preparación

Cómo preparar los churros

Churros - 1
Churros - 2

Vierta el agua y una pizca generosa de sal en una cacerola, lleve a ebullición y agregue la harina de una sola vez: mezcle inmediatamente con una cuchara o espátula de madera y cocine por 2 minutos hasta que el fondo comience a chisporrotear. Se formará un compuesto compacto [1].
Pasar la masa para los churros a un bol, tapar con film transparente y dejar enfriar por completo [2].

Churros - 3
Churros - 4

Ahora introduce la mezcla preparada en la churrera, presiona muy bien y cierra [3].
Sobre una superficie de mármol o aluminio o sobre una hoja de papel pergamino, forma los churros girando el tapón de la churrera y córtalos todos a la misma altura formando hilos [4].

 

Churros - 5
Churros - 6

Luego une los extremos de cada cuerda formando así tus churros [5].
Ahora sofreír los churros en abundante aceite de oliva muy caliente (165 °C) y escurrirlos poco a poco sobre una hoja de papel absorbente y espolvorear con azúcar granulada al momento de servir [6].

 

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    Consejos y variantes

    Los churros deben consumirse preferiblemente recién fritos, muy calientes y crujientes.
    No obstante, si te sobran, puedes conservarlos (sin espolvorearlos con azúcar porque de lo contrario se formaría humedad) a temperatura ambiente, bien cerrados en papel de aluminio (o en un recipiente de cristal hermético) durante un máximo de 2 días.
    Antes de disfrutarlos, tenga cuidado de calentarlos en un horno caliente durante unos minutos para que recuperen su crujido.
    ¡Nunca los calientes en el microondas o se volverán gomosos!

    Puedes congelar los churros formados antes de freírlos: colócalos bien espaciados en una bandeja y solo cuando estén congelados los puedes juntar en una bolsa para congelar.

    Para estar seguro de obtener unos churros perfectos es importante y muy recomendable prepararlos con la herramienta adecuada: la churrera.
    Esta es una herramienta similar al lanzador de galletas y te permite manipular la masa mucho mejor que una manga pastelera tradicional con boquilla de estrella. De hecho, con el saco a poche existe un mayor riesgo de que se formen burbujas en la masa al exprimirla: cuidado, porque estas hacen que los churros revienten durante la cocción y, además de arruinar tu trabajo, también podrían correr el riesgo de causarte quemaduras
    No obstante, si no quieres comprar la churrera y te sientes cómodo con el saco a poche, te recomendamos que no sea desechable, sino que sea de una buena lona resistente y con una boquilla de al menos 1,5 cm.
     
    Básicamente existen 2 tipos de churros: los rectos (palo) o los plegados (de lazo) como te presentamos hoy.
    La receta es la misma, lo que cambia es solo la forma: para hacer los primeros, sólo forme cuerdas más cortas y no junte los extremos como se indica en el paso 5. Con las dosis indicadas en la receta obtendrá 12 churros de lazo o 24 churros seguidos.

    En España también hay otro postre muy común muy parecido a los churros y que quizás hayas comido allí creyendo que eran churros: se llaman Porras.
    Se diferencian de los churros tanto porque se le añade bicarbonato a la masa porque tradicionalmente son de mayor diámetro. A diferencia de los churros, las porras se cocinan en forma de una sola espiral grande que, una vez frita, se corta en trozos largos asumiendo así el aspecto de los churros (y por ello una mirada distraída puede confundirlos fácilmente).
    Si también quieres probar las Porras, solo agrega media cucharadita de bicarbonato a la harina y forma la masa en espirales grandes directamente en el aceite caliente para freír.

    Hay versiones de churros que tienen ingredientes adicionales como huevos o un poco de mantequilla: estos, si bien dan un color más vivo y "menos pálido" a la masa y enriquecen la masa, se desvían de la receta original española al darle un similar a la pasta choux.

    Vino para acompañar:

    Al tratarse de un postre de sabor delicado, se aconseja maridar los churros con un vino blanco dulce y ligeramente espumoso. También se recomienda un vino espumoso, al final de una cena festiva.