Las lasañas al pesto también conocidas como lasagne alla Portofino son un exquisito primer plato de la tradición genovesa.
Aunque en realidad no pertenecen a la antigua cocina de Liguria, están presentes en las mesas de todos los italianos desde hace muchos años.
Una curiosidad: es el único plato en el que se cocina pesto, que se suele añadir rigurosamente crudo.
Para los genoveses se sabe que el pesto es sagrado, y son los propios puristas del pesto quienes recomiendan un pesto listo para usar para la preparación de estas lasañas precisamente porque se espera que se cocine.
Una alternativa más fresca y rápida a la clásica lasaña boloñesa, esta receta supone el armonioso encuentro de capas de pasta fresca alternadas con bechamel, pesto genovés y parmesano rallado.
Para un domingo en familia, la lasaña al pesto es un primer plato perfecto para deleitar a grandes y pequeños. Y si no conoces los gustos de tus invitados, ¡siempre puedes optar por un pesto sin ajo!
Categoría: Lasaña
La lasaña al pesto se puede conservar en la nevera tapada con papel film un máximo de 2 días.
Se pueden congelar tanto crudos como cocidos.
No cortes la lasaña inmediatamente después de sacarla del horno, déjala reposar de 5 a 10 minutos para poder cortarla más fácilmente.
Como el pesto ya está lo suficientemente sabroso, te recomendamos que dejes la salsa bechamel neutra, no salando demasiado.
Como alternativa al pesto genovés puedes probar otro tipo de salsas, también según la temporada: un pesto de calabacín o un pesto de espinacas o pistachos. Para una versión más ligera puedes sustituir la bechamel por ricotta o squacquerone.
Un plato con una cremosidad increíble y armonía de sabores mediterráneos: perfecto para un domingo o una comida en familia, la lasaña al pesto también les encanta a los niños.
Maridamos con un vino blanco fresco: si queremos quedarnos en Liguria, elegimos un Pigato o un Vermentino.
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